En 1985, los dominios de nivel superior (TLD) entraron en nuestro mundo digital en forma de .com, .net y .org. Pronto les siguieron nuevas extensiones de dominio, los TLD específicos de cada país (.uk, .nz, .ec).
Este nuevo e inexplorado panorama digital se convirtió en el nuevo negocio inmobiliario y el público no tardó en asignarle estatus y reclamarlo. El dominio .com surgió como el favorito. Era el TLD que todo el mundo conocía y esperaba ver. Por el contrario, el .biz se asoció con el spam.
Para aquellos que recién estan empezando con su presencia en línea o que buscan registrar nuevos dominios, se ha vuelto casi imposible registrar un dominio .com de nuestra elección. Todo lo bueno ya está tomado.
En 2014, parecía que la lucha por el .com finalmente había terminado. Cientos de nuevos gTLD (dominios genéricos de nivel superior) se pusieron a disposición del público y nuevas extensiones de dominio como .expert, .dental, .coach empezaron a aparecer en nuestros navegadores web. Incluso las ciudades se han dado cuenta y han registrado sus propios nombres: .london y .sydney. Las empresas pueden registrar prácticamente cualquier nuevo TLD y ya no tienen que preocuparse por encontrar el nombre perfecto. Una de las mayores ventajas es que los nombres de dominio pueden ser mucho más cortos y las empresas pueden centrarse en crear un valor de marca adicional creando TLD que coincidan con sus nombres comerciales.
Pero, ¿significa esto que debería optar por su propio TLD? No tan rápido. Las nuevas extensiones de dominio le costarán bastante dinero y, hasta el momento, no se pueden registrar a nombre de particulares. También hemos visto que muchas empresas no han sido tan rápidas a la hora de cambiar sus direcciones en línea y es más que probable que esto esté relacionado con el factor de confianza en línea. Los usuarios de Internet suelen confiar en los sitios que ya conocen y mirarán con recelo las nuevas extensiones de dominio.
Por lo tanto, si está pensando en lanzar un nuevo sitio web para su empresa, es importante tener en cuenta que los usuarios pueden desconfiar de las extensiones de dominio que no reconocen. Hasta que el uso de nuevos TLD se generalice, debería optar por un TLD tradicional como .com o un TLD de país, como com.ec.